Una ruptura es un roto...el corazón se rompe, el interior sale hacia fuera y se vacía por ese agujero un pedazo de tu alma..o, incluso a veces, el alma entera.
Ese interior que ha ido resquebrajándose como se resquebraja el hielo por la acción de un barco rompehielos, rompehielos de abandono, esa frase que nunca quisistes oir, esa llamada que nunca se realizó justo cuando más la esperabas, o ese deseo, que ya no vistes en sus ojos cuando te miraba ultimamente.
Al igual que los animales heridos de muerte, sabes que mueres lentamente, que por la herida se te va yendo la vida..y te quedas completamente paralizada, porque ya no te quedan fuerzas para luchar o porque piensas que si te mueves, todo irá más rápido, acelerando así el final..o porque incluso, albergas la vana esperanza de que sólo sean imaginaciones tuyas...que no está pasando lo que sabes que pasa..que todo son negras fantasias.
Y mientras el tiempo pasa, y pierdes sangre y pierdes alma...y sabes que está pasando, y sabes que ESA sangre y que ESE alma ya no regresarán...tu cuerpo fabricará más sangre ( para que puedas volver a perderla en otra ruptura ) pero...y el alma??
El alma se vá con cada persona a la que te entregastes, porque no hicistes sino entregarle un trozo de ella..un trozo de tí.O más de un trozo..medio tú, media alma. Incluso se han dado casos de almas enteras...
El caso es que el alma ya no vuelve.
Ahora entiendo porqué me siento tan vacía..
Y rota por fuera, también...
